DOROG RECORDS: CORRIENTES CIRCULARES EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO

14 de agosto de 2014

 

Bien mirado, el de Dorog Records es un ejemplo paradigmático de cómo embarcarse en la creación y fortalecimiento de una discográfica autogestionaria de música pop -en un país que prefiere de lejos otro tipo de, ejem, “discursos” sonoros-, y no fallar en el intento. Con ya diez años a cuestas, el sello de Giancarlo Samamé ha sabido mantener su independencia sin renunciar a las directrices que presidieran su nacimiento: ser una plataforma de difusión para propuestas de todo calibre -electrónica, indie, post rock de código abierto (jazz, folk, bossanova, blue grass), pop, punk, dark, synth, etc-, mismas que difícilmente encontrarían masivo refugio en otras escuderías de perfil más específico y/o definido. De sus inicios ortodoxamente físicos a su trasvase netlabel, y de vuelta a la publicación en el “mundo real”; Dorog Records ha persistido en una línea de edición sonora -más que uniforme, coherente con sus principios y espíritu. Aquí la conversa con Giancarlo y siete lanzamientos clásicos de la disquera para descarga gratuita.

EL HEXÁGONO CARMESÍ: ¿Cuándo tuviste la idea de formar una discográfica y qué te impulsó a ello?
GIANCARLO SAMAMÉ: 2004 es el año de inicio, influenciado por las nuevas corrientes musicales que la Red me permitió descubrir. El servicio de Internet aún no era masivo, pero podías acceder a través de cabinas públicas -recuerdo extensas amanecidas usando el Napster para descargar mp3s. Ese nuevo universo me inspiró para crear un sello discográfico ficticio con bandas locales que hicieran ese tipo de música (electrónica, indie y post rock, experimentación sonora, psicodelia, etc). Entonces, junto con Eduardo Otayza nos inventamos cinco grupos ficticios, a los que diseñamos carátulas de discos, afiches... incluso tomamos fotos a amigos caracterizados como miembros de estas “nuevas bandas”. El resultado de este trabajo se vio en la exposición “Dorog Records - Una Disquera Alternativa”, montada en la Casa Museo Mariátegui en el 2005, donde tocamos unos bisoños El Paso y Vía 149. A raíz de esta experiencia artística es que concreto el sello discográfico como una realidad. Ese mismo año descubro la netlabel limeña Internerds Recors, que utilizaba un muy novedoso sistema de distribución digital para bandas locales: el de la libre descarga. Así, me comencé a descargar todos los discos disponibles y a enterarme de la alucinante movida alternativa que se gestaba en Lima en esos años, algo así como una nueva explosión del rock subterráneo peruano en el siglo XXI. Siendo un importante referente a seguir, indagué más y descubrí que la web estaba plagada de esta clase de sellos discográficos a nivel mundial.
EHC: ¿Qué expectativas debían verificarse con la creación de Dorog Records? Lo que queremos decir es, ¿qué ofrecería un sello nuevo que los ya existentes no habían podido ofrecer hasta entonces?
GS: Formar un catálogo novedoso con los estilos que nos gustaban, editando discos de artistas independientes locales, tanto de manera digital como en ediciones físicas. Así, intervenimos la Internet con material peruano para todo el mundo, y dejamos testimonio físico de su obra a través de discos compactos editados con calidad para el público melómano local, que cada vez es mayor y que hemos conocido a través de las ferias de sellos discográficos que existen en Lima desde hace ya unos 7 años. Empezamos sacando ediciones físicas para distribuir con revistas, luego vino la web -que tuvo como cinco versiones distintas- y con ello los discos para libre descarga, después más y más discos. Paralelamente a la música, tuve la oportunidad de desarrollar una estética de diseño gráfico particular con el arte de los discos, en los cuales incluí varias veces obras de otros artistas plásticos peruanos. Otra expectativa fue la de crear un servicio de edición de discos compactos para músicos peruanos, a través del cual he podido editar varios trabajos por pedido.
EHC: ¿Cuántas de esas perspectivas han sido colmadas durante todos estos años?
GS: Todas, y cada vez son más.
EHC: ¿Quiénes son Dorog Records hoy en día?
GS: Dorog Records somos básicamente yo, todos los artistas que han apostado por editar su material discográfico con nosotros, y los que han participado con música en algunas recopilaciones. También incluyo a todos los colaboradores, proveedores y tiendas amigas que mueven nuestros discos.
EHC: Dorog es el caso más emblemático de una disquera independiente concebida en el formato tradicional, que luego se metamorfosea en netlabel sin renunciar a la publicación física -pero dándole mucho más peso a los lanzamientos para download. ¿Fue el principal cambio del proyecto en todo este tiempo?
GS: Es verdad, todo empezó con ediciones físicas, hechas para ser distribuidas con revistas amigas. El primer caso fue el de la alianza realizada con Freak Out!, revista con la que publicamos tres discos muy buenos: el primer EP de El Paso titulado El Disco (2005), el compilatorio Música Para Chacchar (2007, hoy en día muy apreciado por nuestros amigos melómanos), y el compilatorio en mp3 DPOD (2008). Este último experimentó con el concepto de música pensada para reproductores de audio, usando como empaque un cartoncito díptico en forma de IPOD (lo de DPOD, fue jugando con la “D” de Dorog). A la vez, me dediqué a publicar obras para libre descarga, las cuales fueron muchas (ya perdí la cuenta). Todo ese material está disponible para oír online y descargar en Archive.org, BandCamp y SoundCloud. Actualmente estoy avocado a la edición de ejemplares físicos, soltando un disco para libre descarga muy de vez en cuando.



EHC: Las ediciones físicas de Dorog siempre han sido, por decir lo menos, impecables y esmeradas, caracterizándose por empaques sui generis y su cuidado diseño gráfico. ¿Quiénes se encargan de todo esta chamba?
GS: Esencialmente son diseños míos, en donde utilizo imágenes propias y muchas veces tomadas prestadas de otros artistas. Hay otros artes, creados por otros artistas para las bandas. En Dorog Records mezclo dos cosas que me gustan muchísimo: el diseño gráfico -soy diseñador de oficio- y la melomanía.



EHC: Revisando los primigenios discos de Dorog, y salvo uno que otro exabrupto (el disco de la banda punk Anormal, por ejemplo), se percibe un perfil asociado a esta primera etapa del sello: bandas como La Mostrenka, El Paso, Vía 149 o La Voluta De Oro editaron sus trabajos a través de Dorog y/o colaboraron en sus primeras recopilaciones. Sin embargo, cuando Dorog decide dar el salto a Internet, su oferta se tornó mucho más variada. ¿Hasta qué punto fue un paso meditado y hasta qué punto producto de la necesidad de adecuarse a las nuevas plataformas de difusión?
GS: La cantidad de propuestas disponibles en el medio fue una oportunidad que no se podía dejar pasar. Algunas obras fueron publicadas por elección propia, otras a pedido y otras por simple experimentación poco meditada. Creo que, para que algo sea verdaderamente experimental, debe tener una buena dosis de riesgo. Siempre trato de conservar una línea estética asociada con la independencia y libertad creativa: así meto en un mismo saco al indie rock, a la música electrónica, a las fusiones, al folklore, a lo afro, a la música de baile, a lo psicodélico y a lo experimental. Lo importante es que suene original y, obviamente, que me guste. Incluso, hoy cuento con un programa de radio llamado El Tren Eléctrico, con el cual ya llevo casi un par de años difundiendo lo que más me gusta de la escena peruana alternativa. Es un programa donde pasamos música por bloques temáticos, presentamos una banda en vivo y entrevistamos gente interesante de la movida cultural peruana -y, si se puede, de todas partes del mundo.
EHC: Después de unos años online, Dorog comienza a publicar material de grupos del exterior -Ella Tiene Dos Androides (México), por ejemplo. ¿Comienza así una fase de, digamos, internacionalización de la discográfica?
GS: Siempre he tratado de conservar una postura “localista”, apoyando lo más que se pueda a la escena nacional. Las bandas internacionales comenzaron a llegar solas, me comenzaron a contactar. En un principio trataba de no mezclar las dos cosas, pero, ante tanta demanda; comencé a publicar una que otra cosa “ultrapaís”. Hace poco, he publicado un disco a pedido de la banda chilena Alein, y ahora estoy moviendo música de una buena banda bonaerense llamada los Amigoácidos, que conocí en mi reciente viaje a Buenos Aires.
EHC: Con la consolidación como netlabel, la estética de Dorog se ha decantado otra vez. ¿Qué sonidos prefiere difundir DR actualmente?
GS: Todo lo que desencaje dentro de lo que se considera encajado o de lo que te quieran encajar. Todo lo que cause encanto o desencanto, todo aquello que suene raro, que te saque del cuadro, que te incomode -y, sobre todo, aquello que te cuente una buena historia y te haga pasar un buen rato o mover el cuerpo. Los estilos ya los mencioné hace unos momentos.
EHC: A pesar de que ya existe una cultura del download en nuestras escenas desde hace aproximadamente una década, por lo general el consumidor sigue siendo un poco reacio a descargar tal o cual disco. ¿A qué te dice la experiencia que puede deberse esta reticencia?
GS: No sabría decirlo. He conocido gente que se ha descargado muchos de los discos de Dorog Records de la web, otros han adquirido los discos y han regresado por más. Hasta me han comprado música desde Alemania vía BandCamp, dinero que nunca he podido cobrar por problemas con PayPal (jejeje). En una época me descargué muchos discos de netlabels, los cuales aún conservo pero ya no escucho. Ya no descargo música: prefiero que me pasen discos en mp3, comprarlos, piratearlos u oírlos online.
EHC: ¿Qué obras son las que registran mayor número de descargas?
GS: Algunos compilatorios específicos que he publicado en Archive.org. Pueden chequear la cantidad de descargas allí mismo.
EHC: ¿Y en el pasado, cuáles han sido los picos más altos de la oferta de Dorog?
GS: Descargas a discreción, publicaciones constantes, lanzamientos y reediciones virtuales.
EHC: ¿Cómo se mueven hoy por hoy los las publicaciones físicas? ¿Sigue existiendo una demanda que justifique la inversión en ellas?
GS: Ahora estoy concentrado en la fabricación y distribución de discos compactos. Estoy experimentando con un sistema de distribución alternativo de los discos que fabrico. Tenemos la ventaja de vivir en un país donde existen miles de tiendas de discos piratas, donde se ofertan CDs a precios muy accesibles (puedes conseguir discos desde un sol). Con esta premisa, estoy diseñando productos accesibles que puedan ser comprados por el público en general, ya que la música que promuevo es olímpicamente desconocida y hasta “rara”. Muchas veces, la gente se abstiene de comprar algo nuevo porque es desconocido o caro. Entonces estoy haciendo discos económicos, sin descuidar la calidad de la presentación, y con el enorme atractivo de que es peruano y muy bueno. La fórmula es “discos peruanos de calidad original a precio pirata”. Una excelente manera de llegar al público es a través de la venta directa en ferias, como las de sellos independientes y las de diseño.
EHC: ¿Se maneja una nómina fija de nombres? ¿O se prefiere estar siempre abiertos a grupos de cualquier coordenada geográfica, nacional o extranjera, que se adecúen a lo que se busca?
GS: Contamos actualmente con una lista oficial de artistas que de varias formas colaboran con el sello. Están quienes editan sus obras con nosotros siempre, también están otros que colaboran con canciones, y también están otros que nos dejan sus discos ya fabricados para moverlos.
EHC: Hemos tenido noticias el año pasado de un nuevo disco de Polvos Azules (Acuática), tu acto personal, y hace poco se ha lanzado el single “Ultrapop”. Pero hace mucho que no se sabe nada de El Paso, tu primer proyecto -al lado de Eduardo Otayza (individualista enfundado en el alias de Tech Vibes y miembro de los neopsicodélicos Transparente).
GS: Con Polvos Azules voy bastante bien. Tengo nuevo material cocinándose, tocadas esporádicas, colaboro con otros artistas en directo -como lo he venido haciendo con el dúo anconiano Los Shakunautas, con quienes experimento una especie de folklore psicodélico ritualista. Con El Paso, hemos retomado acciones, y nos volvimos a presentar luego de 6 años en el reciente festival El Malvinazo #8 (julio de este año), organizado en la Alameda de Las Malvinas por un conjunto de gestores culturales del SERPAR (Servicio de Parques de Lima). Tenemos material pendiente por publicar y muchas ganas de producir nuevos temas y seguir tocando donde se pueda.
EHC: ¿Cuáles serán en breve las nuevas apuestas de DR?
GS: Acabo de reeditar dos buenos discos, el primero de Ertiub y el único EP existente del dúo electropop Dispositivo Sueños, con un bonus track añadido. También he lanzado un compilatorio en mp3 llamado Rock De Exportación, con 100 canciones de 55 bandas vigentes. Ahora voy a editar en calidad de primicia el primer larga duración de Puna, más un disco donde reúno sus dos primeros EPs.
EHC: ¿Y las perspectivas a futuro para la disquera?
GS: Convertirse también en una distribuidora de discos compactos producidos y fabricados por el mismo sello, con un amplio espectro de llegada, apelando a la enorme cantidad de tiendas de discos piratas y kioskos de periódicos que hay en Lima -además de moverlos en provincia. La idea es que este trabajo genere una ganancia para los artistas, cuantitativa y cualitativamente. Para ello, cuento con el apoyo incondicional de Cuarso - Cultura Arte Sociedad, asociación cultural de la que soy fundador y a la que estoy impulsando mucho en estos momentos, junto con otros buenos amigos vinculados al quehacer artístico en la ciudad.

Hákim de Merv


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